Cómo voy a multiplicar mi productividad este año

Bienvenido, 2014. Ya te esperaba con cierta impaciencia.
Y a ti, querido y fiel lector, bienvenido de nuevo a mi blog. Espero que hayas disfrutado de la Navidad, que hayas tenido la oportunidad de desconectar (cosa que siempre viene bien), y que el nuevo año esté repleto de éxitos personales y profesionales.
Para que el 2014 traiga esos ansiados éxitos, conviene identificar de forma precisa los objetivos por los que mediremos si efectivamente hemos triunfado o no cuando concluya el año.
No soy especialmente partidario de establecer nuevos propósitos una vez al año – de hecho pienso que esto debería de ser una rutina más o menos cotidiana – pero inevitablemente durante estas fechas tendemos a poner el contador a cero y pensar en aquello que nos gustaría mejorar.
En este sentido, uno de mis objetivos para el año entrante es aumentar mi productividad. Radicalmente.
Hay un montón de cosas relacionadas con esta página y con el marketing online en general que pretendo poner en marcha este año, pero para ello necesitaré ser más productivo.
Así que, en el artículo de hoy, voy a compartir contigo 5 cosas que ya he puesto en marcha para alcanzar esos objetivos. Vamos con ello.

1. No pierdas de vista TU objetivo final
Uno de los grandes riesgos del marketing digital – y apuesto que tanto los recién llegados a este sector como los profesionales más veteranos padecemos por igual – es enfangarse en el lodo.
Me explico. Cuando manejas distintos proyectos de marketing digital es fundamental organizarse, establecer ciertos “hitos”, y hacer lo posible para cumplirlos. Esto de por sí está fenomenal; el problema es cuando queremos asumir los hitos de los demás, éstos se convierten en “rutinas”, terminan resultando pesados, no nos llevan a ninguna parte, acabamos dando vueltas en círculos y nos olvidamos del objetivo final.
A modo de ejemplo, imagínate que te has propuesto compartir un par de artículos interesantes con tus fans de Facebook cada día, escribir un post semanal de 1.000 palabras en tu blog, o interactuar con al menos 10 personas nuevas en Twitter cada día para aumentar tus seguidores. Estos hitos son loables, siempre y cuando formen parte de un camino hacia un objetivo final. Un “end-game”. Y que sean hitos tuyos, no la última moda que has leído en un blog de marketing online como este.
Tu objetivo final puede ser el que tú quieras, para eso es tuyo – por ejemplo “consolidar un blog de referencia en mi nicho de mercado” – aunque conviene que sea lo más objetivo posible y que se pueda medir (por ejemplo “alcanzar y mantener 1.000 visitas diarias en mi blog.”) 
Si pierdes de vista tu objetivo final, probablemente terminarás perdiendo mucho tiempo realizando acciones repetitivas que no te llevarán a ninguna parte. Y si no te llevan a ninguna parte, corres el riesgo de perder la motivación y dejar lo que sea que estás haciendo.
Por tanto, durante este año, antes de hacer absolutamente nada me he propuesto dedicar unos minutos en analizar exactamente cómo contribuye esa acción hacia la consecución de mi objetivo final. Espero que con un poco de práctica, este análisis sea más o menos espontáneo.
2. Trabaja en etapas cortas pero intensas
A la mayoría de nosotros nos faltan horas en el día para hacer todo lo que queremos.
La situación puede resultar especialmente frustrante si estudias o trabajas a tiempo completo, de forma que solamente puedes dedicar un tiempo limitado a tus proyectos durante la noche, fines de semana o ratos muertos.
A mí nunca me ha gustado la frase de “no tengo tiempo para…”, ya que realmente lo que significa es “el tiempo que tengo lo ocupo haciendo otras cosas…” Y es normal. Llegas a casa tarde, dedicas tiempo a tu familia, cenas y cuando finalmente tienes un rato libre para dedicarte al marketing online estás agotado y te cuesta horrores.
Habitualmente no harás nada – o lo harás a regañadientes – lo cual encima te provocará cargo de conciencia porque pensarás que si quieres llegar a alguna parte deberías de aprovechar ese tiempo.
Si te sientes así, no te preocupes. Es normal. O preocúpate si quieres, pero si te sirve de consuelo hay soluciones. Mi objetivo para este año es no preocuparme por el tiempo del que no dispongo, y aprovechar ese tiempo del que sí dispongo para completar tareas en etapas cortas pero intensas de máxima concentración.
Pongamos, por ejemplo, las tareas que se requieren para crear un blog. Muchas de estas tareas las he cubierto ya en esta página pero a modo de resumen – como mínimo – tendrás que investigar tu nicho de mercado, analizar si es rentable, estudiar la competencia, crear tu página, diseñar un logotipo, producir contenido, crear las correspondientes cuentas en redes sociales…
Si intentas hacer todo esto de golpe para cada nuevo proyecto de marketing online, posiblemente fracasarás (lo cual no es necesariamente algo malo, ya que irás aprendiendo cositas por el camino).
Intenta descomponer los proyectos complejos en tareas cortas, y cuando dispongas de tiempo libre dedícate a una sola tarea de forma precisa e intensa. Serás mucho más producto y – además – realmente disfrutarás de lo que estás haciendo si te centras en completar esa tarea en el tiempo disponible.
Recuerda que muchas veces en marketing online lo importante es empezar, y si quieres tenerlo todo perfecto desde el primer momento cabe la posibilidad de que no empieces nunca. Es una carrera de fondo y hay que ir cumpliendo etapas.
¿Tienes una hora libre esta noche, pero solamente una hora? Diseña el logotipo para tu página. No pienses en otra cosa durante esa hora, no hagas otra cosa durante esa hora y no le dediques a esa tarea más de una hora. Cuando se acabe el tiempo, se acabó esa etapa. Ya tendrás tiempo más adelante para hacer las modificaciones pertinentes, si surge, pero recuerda que si tu proyecto no sale adelante probablemente no será por el logotipo sino porque no completaste las otras fases.
3. Aprendizaje “Justo a Tiempo”
El método “Justo a Tiempo” (del inglés “Just in Time”) hace referencia a un sistema de organización industrial ultra-eficiente que se perfeccionó en las fabricas japonesas para maximizar la productividad.
En su esencia, la filosofía del “Justo a Tiempo” puede resumirse en producir los elementos que se necesitan, en las cantidades que se necesitan, justo en el momento que se necesitan, y puede aplicarse perfectamente a tus proyectos de marketing online.
Junto con la falta de actuación (no hacer nada) el gran cáncer del marketing digital es aprender demasiado. Claro que lo peor de todo es cometer ambos errores al mismo tiempo (aprender demasiado y encima no hacer nada) pero aunque sí vayas haciendo cosas, aún corres el riesgo de aprender demasiado.
Foto cortesía de http://www.handyguyspodcast.com
¿Cómo puede ser esto, si más de una vez he escrito en esta página que estudiar distintas técnicas y conceptos de marketing digital es esencial para triunfar en este sector?
Pues resulta que lo uno no quita lo otro. Volviendo a la filosofía del “Justo a Tiempo”, te recomiendo que aprendas lo que necesitas, en la cantidad que necesitas, cuando lo necesitas. Y no antes.
Y como en este sector uno nunca deja de aprender, yo me voy a aplicar el cuento.
Durante el último año he dedicado innumerables horas a leer sobre distintas técnicas de marketing digital – incluyendo algunos conceptos bastante “exóticos” – porque me apasiona el sector, me encanta aprender y no quiero perderme nada que posiblemente pueda aplicar antes o después en alguno de mis proyectos. Devoro información – blogs, podcasts, vídeos… – y cada vez que me explican algo nuevo se me va la cabeza pensando en cómo puedo ponerlo en marcha ya mismo.
El exceso de información – independientemente del nivel en el que te encuentres – puede ser perjudicial. Mi propósito, por tanto, es seguir aprendiendo pero intentar centrarme especialmente en aquellas áreas que pueda poner en práctica inmediatamente y no dejarme distraer con esos unicornios de colores que de vez en cuando se pasean por nuestra cabeza.
4. Facilita los buenos hábitos; obstaculiza los malos
Como una ratita de laboratorio atrapada en el laberinto de un científico loco, el ser humano tiende a decantarse por el camino más sencillo. Por eso es complicado romper la rutina, y cuesta tanto deshacernos de los malos hábitos.
La solución – o al menos lo que yo voy a intentar durante el 2014 – es intentar poner en marcha rutinas positivas para facilitar aquellos hábitos que pretendo crear, y al mismo tiempo obstaculizar a los enemigos de la productividad que quiero desterrar.
Veamos un ejemplo concreto. Tienes la intención de escribir un artículo para tu página web esta noche, grabar un podcast, diseñar un logotipo o editar un vídeo para YouTube.
Sin embargo cuando finalmente llega la hora, están todos durmiendo y tienes la casa para ti, tienes que sacar tu ordenador portátil de su funda protectora, conectarlo a ese flamante monitor LED de 24” que te han traído los Reyes Magos, enchufar el micrófono USB, conectar un teclado y un ratón externo al ordenador… Pero ahí mismo, en la mesita al lado del sofá, tienes el mando de la tele. Ese mágico mando, al alcance de tu mano, que con apretar un botón conseguirá anestesiar tu mente durante el ratito que tienes libre antes de acostarte. True story.
¿Solución para ser más productivos? Allanar el camino que nos gustaría seguir, y erigir barreras para obstaculizar el camino que pretendemos evitar.
Saca las pilas del mando y mételes en un cajón bien lejos, desenchufa la tele, llévate al coche o a casa de tu suegra el Call of Duty y el GTA V (tranquilo, podrás recogerlos el fin de semana…)
Aunque tus barreras solamente consigan obstaculizar esos hábitos contra-productivos durante algunos minutos, puede ser suficiente para animarte a hacer aquello que realmente quieres.
5. Descubre la subcontratación
Considero imprescindible que en tus primeros proyectos de marketing online te acostumbres a hacerlo todo por tu cuenta, pero me parece igualmente imprescindible que aprendas a subcontratar tareas cuando llegue el momento de escalar y llevarlo todo al siguiente nivel.
Como indiqué en esta introducción al marketing digital, una de las “bellezas” de los negocios en Internet es precisamente la posibilidad de crecer exponencialmente.
Te costará mucho ganar tus primeros 10€ con el marketing online, pero te puedo garantizar que si lo haces adecuadamente tardarás la mitad de tiempo en generar los siguientes 10€ y así sucesivamente. A medida que vas perfeccionando, optimizando y replicando tu modelo de negocio (captación de audiencia + monetización), crecerás cada vez más pero en algún momento te toparás con una barrera. Y esa barrera es el límite de lo que puedes hacer tú solo.
El “outsourcing” básicamente consiste en subcontratar tareas no-esenciales, mecánicas o repetitivas a otras personas, para que tú puedas centrarte en tareas que aporten un valor añadido real.
Hoy en día puedes subcontratar este tipo de tareas a precios muy competitivos y de forma relativamente sencilla en plataformas como http://www.fiverr.com, http://www.Odesk.com, http://www.99designs.com o http://www.freelancer.com. La gestión de estos “freelancers” es un mundo en sí mismo, pero cuando lo domines podrás ahorrar muchísimo tiempo y llevar tus proyectos a otro nivel. 
Esto de la subcontratación suele dar mucho miedo, pero puedes superarlo siguiendo estos consejos:
(1.) Entender perfectamente qué es aquello que quieres subcontratar. Te recomiendo que antes de subcontratar una tarea sepas realizarla por tu cuenta, o que por lo menos sepas exactamente lo que quieres.
(2.) No hay “tareas caras” ni “tareas baratas”, sino distintas relaciones de calidad/precio. Acostúmbrate a comparar el precio de la tarea que quieres subcontratar con el beneficio que prevés obtener (ojo, “prever” no es lo mismo que “desear”). Aunque te lo puedas permitir, y los importes no sean demasiado elevados, por higiene mental no pagues más por un determinado servicio que la rentabilidad que esperas obtener.
Por ejemplo, si prevés vender 100 ejemplares de tu último eBook por 2€ cada uno, quizás no tiene mucho sentido pagar 100€ – el 50% de tu previsión de ventas – en diseñar una portada atractiva. Aunque te guste mucho y te lo puedas permitir.
(3.) Reconocer que aunque tengas nociones básicas de varias disciplinas, y que de hecho podrías hacerlo tú, hay muchísimas cosas que otros profesionales especializados harán mejor que tú (como por ejemplo diseñar una infografía o componer una melodía para tus vídeos de YouTube).
(4.) Reconocer al mismo tiempo que efectivamente muchas de las cosas que vas a subcontratar podrías hacerlas tú mismo incluso mejor, pero que quizás el tiempo que tendrías que dedicar puede ser mejor empleado en otras tareas.
(5.) Prueba y error. Prueba y error. Prueba y error. Prueba y error… Sí. Prueba y error. Probarás distintas plataformas, distintos “freelancers”, distintos precios, distintas tareas… No tengas miedo a probar (dentro de un orden lógico), analiza los resultados y valora como oro en paño a los profesionales que te entreguen aquello has solicitado, tal como lo has solicitado, en los plazos previstos y por el importe acordado.
Conclusión
Bueno, pues ahí lo tienes. Al final el artículo ha salido algo más largo de lo que tenía previsto (sí, otro de mis propósitos para este año es escribir artículos más breves), pero espero que hayas podido sacar algunas buenas ideas.
Si quieres compartir algún consejo adicional para aumentar la productividad, tienes los comentarios a tu disposición así que anímate.
Como siempre, si te ha resultado útil este artículo, te agradecería mucho si pudieras compartirlo.
Gracias por leer.