La perversión del SEO y el efecto Pigmalión

Ayer en el OME tuve ocasión de charlar con el responsable de una importante tienda online cuya facturación en España, felizmente, evoluciona favorablemente a pesar de la delicada situación económica.

El SEO ha constituido la prioridad número uno de esta compañía durante los últimos 2 años y, como tal, han dedicado muchos recursos para alcanzar (y mantener) una posición predominante en los motores de búsqueda. Como cabría esperar, las sesiones de consultoría y las horas/hombre de implementación técnica han dado sus frutos y ahora el tráfico orgánico proveniente de buscadores es la fuente de tráfico primordial de la compañía.

Hay dos aspectos de todo esto que no me gustan. En primer lugar, se me antoja fundamentalmente incorrecto y frágil dirigir una empresa hacia una posición donde la mayoría de los usuarios la descubren casualmente mientras hacen una búsqueda en Google. Hay algo intrínsicamente perverso y peligroso en la noción de que el 40% o 50% de los usuarios (si no más) visitarán tu tienda sólo porque ha aparecido un enlace destacado en Google. Demasiadas tiendas online se esfuerzan (y en muchos casos se arruinan) no en mejorar su página, aportar mayor valor añadido al usuario o incorporar nuevas tecnologías para facilitar el proceso de compra, sino en obtener una posición más atractiva en Google. ¿Alguien más opina que hay algo fundamentalmente erróneo en todo este modelo?

En segundo lugar, si dedicas un volumen de recursos desproporcionados al SEO, hay 2 posibles desenlaces: (1) los esfuerzos son en balde y te arruinas (2) los esfuerzos funcionan y dependes desproporcionadamente del tráfico de buscadores y como mínimo tendrás que seguir dedicando los mismos recursos para mantener esa posición. Los anglosajones lo llaman “self fulfilling prophecy”, aquí se conoce como profecía autocumplida o Efecto Pigmalión. Es decir, tus propias acciones en una dirección hacen más probable – o incluso inevitable – un desenlace determinado. Moldea tu compañía hacia el SEO y, si tienes éxito, el resultado lógico es que el SEO será una parte tan crítica de negocio que ya no podrás operar sin ello. Estás atrapado.

Dicho de otra manera, si la filosofía de tu empresa y el 60% o 70% de tus recursos técnicos y financieros están centrados en el SEO, ¿debajo de qué piedra esperas que surja una fuente de tráfico cualificado más importante para tu negocio?