Aprende A Hacer Lo Que No Te Gusta

Esta semana mis hijos – esos que devoran un plátano en dos bocados y escuchan música de José Luis Perales antes de jugar los partidos de fútbol (aquí te expliqué por qué) – empiezan los exámenes finales.

Solamente tienen 8 años, pero ya empiezan a sentir la presión de rendir al máximo; esa presión que en mayor o menor medida les acompañará el resto de sus vidas, lo cual no me parece del todo mal.

Afortunadamente (y gracias a la perseverancia de su madre) los muchachos no llevan del todo mal las asignaturas “normales” como lengua, matemáticas, inglés y ciencias, pero la música, querido y fiel Lector, es otro cantar…

No tienen inconveniente en aprenderse la teoría musical, los instrumentos de cuerda percutida, las barras de compás, reconocer las obras de célebres compositores e incluso solfear una pequeña partitura. Pero cuando llega la hora de tocar la flauta… Ahí tenemos un problema.

Los chicos me dicen que tienen los dedos demasiado pequeños y que por eso no pueden tapar bien los agujeros de la dichosa flauta dulce (que debería llamarse flauta amarga), pero a mi entender el resto de sus compañeros tienen unas dimensiones similares y no parece que están estrangulando un jilguero cada vez que tocan la flauta. Esa dichosa flauta.

Aprender A Hacer Lo Que No Te Gusta

El caso es que el otro día, según íbamos hacia el colegio, uno de mis hijos me comentó lo siguiente:

“Papá, probablemente suspenda el examen de música la semana que viene, porque no me gusta tocar la flauta. No se me da bien, pero no pasa nada porque de mayor no quiero ser músico…”

Así, tan natural y razonado.

Llevo todo el fin de semana dándole vueltas al comentario – tan aparentemente insignificante – y específicamente a cómo explicarle a mi hijo que no sólo es importante aprobar el dichoso examen de flauta, sino sacar buena nota.

¿Y sabes una cosa? La respuesta es tremendamente relevante para tu actividad de marketing online así que quizás te interese seguir leyendo.

La respuesta sencilla para mi hijo hubiera sido algo así como:

“Francamente me da igual si te gusta o no la flauta, es una asignatura del colegio y por tanto tienes que estudiar igual que para todas las demás. Independientemente de si lo consideras relevante para tu futuro o no.”

Pero creo que esta respuesta no llega al fondo de la cuestión, ni es demasiado constructiva. Ni hubiera dado lugar a este post.

Finalmente, le expliqué a mi hijo que si bien algunas asignaturas del colegio como las matemáticas o el inglés tienen una aplicación práctica en la vida, otras que aparentemente son irrelevantes tienen la misma importancia y (aunque quizás de forma indirecta) también pueden sernos de tremenda utilidad práctica. Son asignaturas con las que, en el peor de los casos, aprendemos a aprender.

Aprender a aprender”, ¿menuda tontería no? Nada más lejos de la realidad, querido Lector.

En la vida – igual que en los negocios online – frecuentemente nos encontramos con cosas que no terminan de gustarnos. Cosas que a primera vista parecen irrelevantes, que no nos llenan, o que no entendemos por qué tenemos que hacerlas. Pero muchas veces, estas cosas son absolutamente fundamentales.

La conversación con mi hijo es increíblemente parecida a un buen puñado de e-mails que recibo semanalmente de Seguidores de esta página. En estos correos los Lectores suelen felicitarme por un determinado artículo que les ha gustado especialmente, y me piden que tire más en esa línea y deje de lado otros aspectos del marketing online que quizás les resultan más “aburridos”, “insignificantes” o “irrelevantes”.

Por ejemplo, algunos Lectores adoran los tutoriales prácticos ultra-detallados (por ejemplo éste donde explico paso a paso cómo crear una página de aterrizaje con la plataforma de Blogger) sin embargo apenas prestan atención a los artículos de corte más filosófico – esos donde hago hincapié en el bagaje mental necesario para construir un negocio exitoso en Internet, por ejemplo este sobre la importancia de saber decir “no”.

No falla. Prácticamente cada semana interactúo con algún Seguidor de La Academia de Marketing Online que me dice algo así como:

“A mí lo que me gusta es escribir, pero no soy muy sociable así que eso de interactuar con mis Usuarios en las redes sociales lo voy a dejar para otro momento…”

“No entiendo por qué tengo que aprender SEO, yo prefiero generar tráfico a través de Facebook. Paso de trabajar para Google…”

“Para qué voy a aprender a escribir contenido épico para mi blog, si encontré un Freelancer en http://www.Fiverr.com que me prepara los artículos por 5$…

“Buff, menudo lío eso de instalar http://www.Aweber.comhttp://www.Mailchimp.com o http://www.Mdirector.com para conocer a mis Usuarios y comunicarme con ellos por correo electrónico, como mucho monto un boletín con http://www.Feedburner.com y a correr…”

Si te fijas, estas frases – muy comunes en esto del marketing online y los negocios en Internet – no son demasiado diferentes a “Papá, probablemente suspenda el examen de flauta, pero no pasa nada porque de mayor no quiero ser músico…”

No es fácil aprender; remangarse, leer todo lo posible sobre un determinado tema que desconocemos, y ponerlo en práctica. Es abrumador, da vértigo y a veces incluso miedo… Miedo a hacerlo mal, miedo a equivocarnos, miedo a perder el tiempo, miedo… Así que, para no afrontar ese miedo, nos damos por vencidos antes de tiempo y tratamos de ignorar eso que no queremos aprender. Nos centramos en esas “asignaturas” o “materias” que sí nos gustan, y lo demás no existe o es irrelevante.

En el fondo sabemos que eso que no queremos aprender es tremendamente útil para construir un negocio y ganar dinero en Internet de forma sostenible, pero es tentador hacer como los avestruces. Lo entiendo, porque lo he hecho muchas veces.

¿Recuerdas este artículo que publiqué hace un par de semanas sobre los ingresos pasivos en Internet?

Allí te explicaba que gracias a la subcontratación de tareas y la automatización de ciertos procesos, puede llegar el momento en el que los ingresos de tu negocio en Internet crezcan indefinidamente con una dedicación de tiempo proporcionalmente menor por tu parte, así que a medio y largo plazo no es estrictamente necesario que te pases el día haciendo cosas que no te gusten. Claro que no.

No hace falta que aprendas a escribir como el mejor, ni que te conviertas en un gurú del SEO, en una superestrella de las redes sociales, un crack de la programación o un fuera de serie del diseño.

Todas estas tareas las podrás subcontratar cuando tu negocio en Internet empiece a despegar y vayas viendo los primeros ingresos, pero es fundamental que antes aprendas a hacerlo tú mismo; no puedes subcontratar algo si no sabes exactamente lo que quieres ni lo que necesitas, y la mejor forma de saberlo es habiéndolo hecho antes nosotros mismos.

Aunque no quieras ser músico de mayor, si alguien en quien confías se toma la molestia de enseñarte a tocar la flauta, no lo ignores. A lo mejor efectivamente de mayor no eres músico, pero gracias a tu conocimiento de la materia tienes la mayor tienda online de flautas del mundo.

PD – Sígueme en Twitter y te contaré cómo fue finalmente el examen de flauta.