Buscando el secreto de la innovación (en el lugar más insospechado)

Richard Vaughan Éxito
El pasado10 de abril asistí a la conferencia de Richard Vaughan – el archiconocido y omnipresente profesor de inglés – con motivo de la inauguración del congreso profesional de marketing online OMExpo 2014 en Madrid.
He asistido a cientos de charlas, ponencias y congresos de marketing digital en los últimos 15 años (además de tragarme incontables vídeos sobre la materia en YouTube), y contra todo pronóstico esta charla de Professor Vaughan ha sido de lo más impresionante que he visto hasta la fecha.
Y digo “contra todo pronóstico”, porque en un evento de marketing online con más de 240 speakers de prestigiosas empresas tecnológicas como Twitter o Samsung, uno no espera que sea precisamente un profesor de inglés el que le desvele el secreto de la innovación con tanta claridad.
Pero menos mal que fui porque a pesar de mi mentalidad tan cerrada (francamente no esperaba gran cosa del personaje, pero no pude resistirme a ver una celebrity en persona), me impactó profundamente.
Sigue leyendo y te explicaré exactamente lo que dijo.

Si vives en España, seguramente sabes quien es Richard Vaughan.
Nacido en 1951, Vaughan es un profesor de inglés estadounidense cuyos programas de radio y televisión reúnen a más de 2,5 millones de personas. En 1977 fundó Vaughan Systems con el objetivo de formar al personal de la filial española de una gran multinacional norteamericana, y desde entonces se dedica a la enseñanza de idiomas a través de programas y métodos innovadores.
Hoy, su equipo docente de 330 profesores imparte anualmente en torno a 350.000 horas de formación in-company y sus nueve centros residenciales acogen cada año a más de 3.500 directivos para estancias de entre 2 y 21 días.
La charla de Vaughan (“Actitudes que encienden la innovación”) comenzó con una revelación inesperada: resulta que su método no es particularmente innovador, ni es un secreto guardado bajo siete llaves.
La innovación depende fundamentalmente de la actitud de las personas, y en este sentido un método de aprendizaje con 90 años de antigüedad bajo la batuta de un profesor capaz de ilusionar a sus alumnos es la clave del éxito. No hay más misterio.
Nada demasiado rompedor hasta el momento, estarás pensando, pero el profesor prosiguió su charla en ese característico acento “Michael Robinson” que al cabo de unos pocos segundos termina resultando ciertamente hipnótico…
La experiencia es irrelevante para formar parte del equipo de Vaughan Systems y, de hecho, el único requisito para unirse a su plantilla de profesores es no haber enseñado inglés. Nunca. No buscan profesores de inglés, sino una determinada actitud. De la aptitud ya se encargan ellos.
El mensaje a futuros profesores en su página web oficial es claro:
No TEFL certificates, qualifications, teaching experience, knowledge of Spanish are required; we’re far more interested in your personal qualities and potential.
Según Vaughan – y en este punto yo ya estaba irreversiblemente enganchado a su charla – la suerte no existe. La oportunidad llama a nuestra puerta prácticamente todos los días, pero la mayoría de nosotros no somos capaces de oír el golpeteo o nos da pereza levantarnos del sofá para abrir.
El humor tampoco faltó en la ponencia del profesor, especialmente cuando hizo referencia a varios refranes españoles (incluyendo “mejor pájaro en mano que ciento volando” y “mejor malo conocido que bueno por conocer”) como reflejo de la falta de espíritu emprendedor en nuestro país.
Hombre, quizás es prudente aceptar “un pájaro en mano” antes que la promesa de “dos en el arbusto” (como dicen los anglosajones), pero renunciar a 100 pájaros parece tirar demasiadas oportunidades por la borda… 
Y si los grandes innovadores, exploradores y descubridores de la historia, se hubieran conformado con lo malo conocido (desde enfermedades incurables hasta los confines de la tierra o el espacio exterior) ¿qué lugar ocuparíamos ahora?
Vaughan concluyó la magistral charla explicando su particular fórmula para el éxito:

EF = C + H + TTT
El éxito, muy ligado a la felicidad, es una función directa de la confianza o seguridad en nosotros mismos, la humildad (ser consciente de que siempre podemos aprender más) y tres dosis de trabajo.Trabajo, trabajo, trabajo. Esfuerzo, formación y capacitación.
Esas “tres cucharadas de trabajo” son lo que otros llaman “suerte” o “genio”, pero de hecho si analizamos la vida de muchos supuestos “genios” descubriremos que realmente lo que hacían era trabajar más que nadie.
Por último, nos dijo Vaughan, para el innovador no existen los errores: son continuas oportunidades de aprendizaje, o micro-correcciones que nos ayudan a mantener el rumbo.
Y con eso, el profesor terminó su charla; una charla sencilla pero impactante, que en lo personal no hizo más que reafirmarme en la filosofía y vocación de esta página que estás leyendo.
Y tú, ¿cuáles crees que son las claves de la innovación?