Email Marketing: Cuatro Correos Mágicos

Enhorabuena, querido Lector.

Después de leer innumerables artículos, escuchar no sé cuántos podcasts de marketing online, y ver tropecientos webinars sobre la importancia del email marketing en tu estrategia de marketing digital, has comprendido que —en efectoel dinero está en la lista.

Para aclarar cualquier posible malentendido, eso de que el dinero está en la lista no significa que, ahora que has descubierto el poder del email marketing, tienes vía libre para freír a tus pobres suscriptores con productos propios y ofertas de afiliados, día tras día, semana tras semana.

No.  Ese camino no te llevará a ninguna parte. Tus suscriptores se irán exactamente igual que llegaron, sólo que más desilusionados y decepcionados contigo porque no has sido capaz de aportar absolutamente nada (aunque esos productos y servicios que pretendas vender realmente merezcan la pena, esa no es la cuestión).

No sé tú, querido Lector, pero cuando entro en una tienda y apenas 7 segundos más tarde tengo a un dependiente encima —frotándose las manos y con una siniestra sonrisa de oreja a oreja como el gato Chesire de Alicia en el País de las Maravillas— suelo dar media vuelta, y me voy por donde he venido.

Vale que yo estoy allí para comprar, y el dependiente está allí para vender, ¿pero no podemos hacer las cosas de forma más civilizada? ¿No podemos conocernos un poco antes? Como a muchas otras personas, a mí me encanta comprar, pero detesto que me vendan.

Los paralelismos con el email marketing y las secuencias de correos autorespond son evidentes…

Email Marketing - Escribir Correos
Imagen cortesía de Pixabay

Antes de vender a través del correo electrónico —antes de tener la osadía de dirigir la potencia explosiva del email marketing hacia la billetera de tus suscriptores— conviene hacer cuatro cositas.

Cuatro cosas, nada más, que luego tú puedes elaborar tanto (o tan poco) como quieras. Pueden ser cuatro cosas en cuatro emails, o en cuarenta. Eso depende de ti, pero déjame que te explique…

Los fundamentos del marketing online

Permíteme, querido Lector, que volvamos a la base de todo; “back to basics”, como dicen los anglosajones.

Sí, lo sé, soy un purista de los negocios en Internet. Algunos dirán que soy una especie de dandy del marketing digital anclado en el pasado —un romántico— otros incluso dirán que soy un poco pesado con estas cosas…

¡Enséñame a ganar dinero online, eso es lo que quiero!

Pero da la casualidad de que a mí no me ha ido nada mal centrándome en la esencia del marketing online —lo que verdaderamente importa— y creo que es buena idea volver a esos pilares tantas veces como haga falta, no vaya a ser que entre unas técnicas relucientes y otras más relucientes aún, se nos termine olvidando lo que estamos haciendo.

Ninguna técnica, táctica o truco de marketing online funciona para siempre. Que se lo digan a los que creaban ruedas de enlaces para mejorar su posicionamiento SEO o páginas en MySpace.

Las herramientas de marketing digital van y vienen, y los canales evolucionan, pero esos pilares sólidos que apuntalan los negocios de éxito en la red tienden a mantenerse relativamente estables.

Pilares Del Email Marketing
Imagen cortesía de Pexels

Esos pilares incluyen la definición de tu público objetivo, el contenido de calidad y la propuesta de valor añadido.

¿Cómo se construyen los negocios de éxito en Internet?

Fácil. Compartiendo contenidos de alto valor añadido para solucionar los problemas, retos, obstáculos y dificultades de un segmento concreto de personas (tu público objetivo).

Si eres capaz de demostrar a tu Audiencia que tienes los conocimientos, la habilidad de transmitirlos y el firme deseo de ayudarles a conseguir lo que ellos necesitan, ellos te concederán lo más valioso que tienen: su tiempo.

Con el paso del tiempo —valga la redundancia— esa relación con tu Audiencia se irá afianzando. Ellos confiarán cada vez más en ti, y tú confiarás cada más en ellos.

A partir de esa relación de confianza mútua —sólo cuando ambas partes han comprobado la capacidad y el deseo de la otra parte de aportar valor— el creador de contenidos puede empezar a ganar dinero online a través del email marketing.

Ah, por cierto, fíjate que ni siquiera hemos hablado de si el canal o la herramienta adecuada es un blog, un podcast como La Academia de Marketing Online, un canal de vídeos en YouTube o quizás una app. Eso es lo de menos, porque estamos hablando de fundamentos.

Y ahora que hemos repasado los fundamentos, vamos a ver cómo convertimos eso en cuatro correos para tu secuencia (automatizada o manual) de email marketing.

Primer paso de email marketing, la bienvenida

Un correo de bienvenida como punto de partida en tu estrategia de email marketing es un buen sitio para empezar la relación con tu Audiencia.

Suena obvio, ¿verdad? Pues te sorprendería la cantidad de veces que este detalle elemental de cortesía y sentido común se pasa por alto en las campañas de email marketing.

Pongamos un ejemplo.

Entras en un restaurante, estás hambriento y te sientas en una mesa. Llega el camarero o la camarera, con cara de perro, y te pregunta en un tono monótono y aburrido:

“Qué quieres comer”.

Ni hola, ni buenos días, ni cómo estás, ni gracias por visitarnos hoy… “Qué quieres comer”.

Puede que estés hambriento y que disfrutes de tu comida de todas formas —porque al fin y al cabo has ido a ese restaurante para saciar el apetito y no para hacer amigos— pero la comida entra mejor cuando se acompaña con un buen vino (y cuando te atienden con educación).

Como Hacer Email Marketing
Imagen cortesía de Pixabay

Esa primera impresión —las primeras palabras que escuchas cuando te reciben en un restaurante, o las primeras líneas que leen tus suscriptores al abrir tu correo— no se borra con facilidad, y condiciona la relación con tu Audiencia a largo plazo a través del email marketing.

¿Por qué va a ser diferente la relación con tus suscriptores? ¿Por qué les vas a tratar de forma diferente a cómo te gusta que te traten a ti?

Es evidente que se han inscrito en tu lista de email marketing porque tienen algún tipo de interés en consumir tus contenidos —quizás incluso comprar tus productos y servicios— pero lo cortés no quita lo valiente; céntrate en construir una relación, y un buen punto de partida es dando la bienvenida a tu suscriptor o suscriptora y agradeciéndole su tiempo.

Luego, lo que vas a hacer (y por qué)

Seguramente alguna vez te has sentido fuera de lugar.

Por ejemplo, llegas a una fiesta y eres la única persona que no lleva traje y corbata.

O quizás entras en una sala de reuniones, y todo el mundo súbitamente deja lo que estaba haciendo y te observa atentamente sin mediar palabra.

¿Perdona, es aquí…?

Sientes vergüenza, y no sabes si estás en el lugar adecuado. No es una buena forma de comenzar la relación…

Cómo Diferenciar Email Marketing
Imagen cortesía de Pexels

Una vez más, el email marketing tampoco tiene que ser diferente al mundo real en este sentido.

Cuando alguien se suscribe a tu lista de correo, tiene una idea preconcebida de lo que va a recibir a cambio (recuerda que todo esto va sobre ellos y no sobre ti). Esa idea puede ser más o menos acertada y puede ser más o menos precisa dependiendo de la relación previa que haya tenido ese suscriptor o suscriptora contigo, pero es una opinión subjetiva al fin y al cabo.

Por eso, nunca está de más recordar a tu suscriptor cómo vas a resolver sus problemas, retos o necesidades.

¿Qué vas a aportar, de qué forma vas a hacerlo, a través de qué canal y cada cuánto tiempo?

El objetivo de compartir esta información con tus suscriptores a través del email marketing es gestionar sus expectativas y hacerles sentir cómodos. En el mejor de los casos reforzará y complementará la idea que tenían previamente, y en el peor de los casos se marcharán; pero sin acritud, simplemente no era lo que andaban buscando en ese momento, pero les has ahorrado tener que leer no sé cuántos correos hasta que se den cuenta.

Hasta aquí, todo perfecto, y de hecho la mayoría de las secuencias autorespond de email marketing sí entregan esa información al principio, y sí tienden a explicar (más o menos) lo que pueden esperar los suscriptores.

¿Pero sabes lo que falta? Falta el por qué.

Si yo digo que mi objetivo es ayudarte a construir un negocio sólido y rentable en Internet, los miembros más escépticos de mi Audiencia pensarán que lo que quiero realmente es venderles algo para ayudarme a mí mismo.

Soy perfectamente consciente de ello. Es un riesgo que hay que correr.

Fíjate que ambos conceptos no tienen por qué ser mutuamente excluyentes, pero si yo no califico mi objetivo —si no te explico por qué quiero ayudarte a superar ese problema, reto o frustración ni por qué voy a compartir todo ese contenido contigo— estoy permitiendo que juzgues mis intenciones con información incompleta.

Déjame que te explique lo que estoy haciendo, por qué lo estoy haciendo, cuál es mi razón para hacerlo y qué espero yo de ti. En definitiva, déjame que comparta contigo mi propósito motivador único.

Volviendo al ejemplo anterior, mi objetivo es ayudarte a construir un negocio sólido y rentable en Internet no porque sí, sino porque creo firmemente que es un reto de superación profesional y personal que cambiará tu vida para siempre.

Sé —porque lo he vivido— que planificar y lanzar tu propio negocio en la red te obligará a sacar lo mejor de ti mismo y enfrentarte a tus complejos, dudas y temores más oscuros. Quiero ayudarte a emprender porque es la máxima expresión del desarrollo personal, porque te ayudará a encontrar significado en tu vida y porque sólo así conseguiré yo también alcanzar esa autorrealización.

Claro que quiero ganar el mayor dinero posible haciéndolo, entre otras cosas porque es mi pasión y quiero poder seguir haciéndolo durante mucho tiempo— pero sé que lo uno es un resultado de lo otro y sólo será posible si realmente consigo ayudarte.

¿Qué te parece más convincente? Cuando explicas tu propio por qué, la relación con tu Audiencia es otra.

El beneficio de la duda en email marketing: ¿Por qué te van a hacer caso?

Las palabras se las lleva el viento, querido Lector, y en el email marketing, las palabras valen relativamente poco.

Cualquiera puede expresar deseos grandilocuentes, objetivos ambiciosos, intenciones bondadosas y un genuino deseo de ayudar a otras personas en su nicho de mercado. Hablar es gratis.

Mucha gente —no todo el mundo, por desgracia, pero sí bastantes personas— tienen buenas intenciones. Realmente quieren aportar valor, y entienden perfectamente que la monetización es un paso posterior que sólo se puede producir si se cumple con éxito el primer paso.

Pero una cosa es decirlo, y otra cosa bien distinta es tener alguna posibilidad real de hacerlo.

Si no cuentan con las cualificaciones, las credenciales y la experiencia profesional o personal para hacer lo que dices que vas a hacer y aportar el valor lo que aseguras que vas a aportar, va a ser difícil convencer a tu Audiencia de ello.

Estudiar Email Marketing
Imagen cortesía de Pixabay

Estoy totalmente a favor de que las personas confíen en sus posibilidades —y realmente creo que nuestros pensamientos, creencias y percepciones limitantes son los verdaderos obstáculos— pero la pasión, la paciencia, la perseverancia y la potencia sin control, sin formación, sin educación y sin experiencia, puede terminar agotando.

¿Qué cualificaciones, experiencia personal, trayectoria profesional o credenciales tienes tú que no tienen otras personas en tu nicho de mercado?

¿Por qué te van a conceder a ti el beneficio de la duda?

A modo de ejemplo práctico,  últimamente hay muchos “expertos en marketing online” compartiendo trucos y consejos, y parece que hoy en día todo el mundo puede ayudarte a crear un negocio en Internet (aunque no lo hayan hecho nunca ellos mismos), ¿pero cuántos han creado y vendido un negocio online por casi dos millones de euros?

Es algo que destaco en las primeras interacciones con mi Audiencia, no por arrogancia sino porque es un factor diferencial y permite que —al menos— me concedan el beneficio de la duda. Por supuesto luego puedes desaprovechar esa atención, pero es un buen punto de partida.

¿Que te hace a ti único y diferente? Recuerda que en Internet el experto no es ni más ni menos que aquél que sabe más que la persona media.

Finalmente, objeciones comunes en email marketing

Una característica fundamental de Internet, el email marketing y las redes sociales es que cualquiera puede presentarse como aquello que querría ser, en lugar de lo que en realidad es.

Por ejemplo, aunque técnicamente es improbable, hipotéticamente este contenido lo podría haber escrito un mono que ha aprendido a escribir. O un actor. O un impostor.

Eso precisamente, la barrera de la credibilidad, es uno de los principales obstáculos de los negocios en Internet y del marketing por email.

Después de explicarle a tus suscriptores quién eres, lo que vas a hacer por ellos, la fórmula que has escogido para ayudarles y por qué te deben conceder el beneficio de la duda, no te creas que se lo van a creer a pies juntillas.

Errores Email Marketing
Imagen cortesía de Pixabay

Tú has hecho tu trabajo de la mejor forma posible, pero la mente humana —y más en Internet— es escéptica por naturaleza, y van a tener objeciones.

No te aconsejo ignorar esas objeciones, ni tratar de ocultarlas o pasarlas por alto. Todo lo contrario, creo que lo mejor que puedes hacer es ponerlas tú sobre la mesa.

¿Para qué esperar a que sea tu Audiencia quien lo haga?

Soy partidario de hacer muchas preguntas en mis correos, no sólo para aumentar la tasa de respuesta de mis mensajes y así evitar la temida pestaña de promociones (y la aún más temida carpeta de correo no deseado), sino para comprender realmente los temores y objeciones de mi Audiencia.

¿No te crees que puede ganar 5.000 euros al mes con un negocio online, desde casa, con cierta facilidad? ¿Crees que es imposible superar los 10.000 euros al mes? ¿Ya lo has intentado todo y crees que yo no puedo enseñarte nada nuevo? ¿Crees que sólo quiero venderte algo?

Cuéntame tus objeciones, estoy escuchando.

De hecho, ya conozco muchas de esas objeciones —probablemente tú también conocerás las objeciones y reticencias más comunes de tu Audiencia— y de hecho tengo la información, los testimonios y pruebas irrefutables para contrarrestarlo.

¿Por qué no adelantarme con esa información?

Conclusión

Y con esto y un bizcocho, así como quien no quiere la cosa, hemos visto cuatro conversaciones que debes tener con tu Audiencia.

Cuatro emails (que bien pueden ser cuarenta o incluso cuatrocientos) para (1.) dar la bienvenida a tu Audiencia (2.) explicar lo que vas a hacer por ellos y cómo pretendes hacerlo (3.) justificar al menos en teoría por qué deberían prestarte atención y (4.) resolver sus principales dudas y refutar las objeciones más comunes antes de que lo hagan ellos.

Como siempre, ahora te toca a ti.

¡Gracias por compartir y, si no lo has hecho ya, apúntate aquí y cuéntame cómo puedo ayudarte!